Cuesta creer que los primeros exploradores europeos se atrevieran a recorrer estas tierras allá por el sigloXVI. Todavía hoy es un territorio que permanece virgen en muchos de sus 930.731 km2 y ese es parte del encanto y el misterio de la Patagonia. Su nombre mismo remite a la lejanía del “fin del mundo”, a postales heladas y distantes, a parajes inhóspitos en los que la naturaleza reina casi ajena a la mano del hombre. No en vano varios de sus sitios más representativos han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. 

Sin embargo, la región también ofrece una excelente infraestructura hotelera, centros de esquí de primer nivel y pintorescas ciudades que combinan lo mejor de la modernidad con la impronta de los magníficos entornos que las rodean. Durante los meses de noviembre a abril, que coinciden con parte de la primavera y el verano en este hemisferio, el clima es más amable para los visitantes, es ideal para la práctica de andinismo, trekking, rafting y otros deportes.